Habían ya, dos bandejas grandes y algunas otras pequeñas, llenas de chocolates
había chocolate blanco y negro, algunos eran rellenos de licor, otros de dulce de leche, pude picar fruta seca, fresas, mango y melocotón. También habían galletas, bañadas con chocolate, coco y dulces de todo tipo.
Al chocolate blanco, lo podía bañar en almibar y luego un poco de harina dulce con nuez moscada, alcanzaba para todas las amigas y amigos.
Preguntábamos si vendrían todos y todas, ya había apartado, para mi mamá, mi papá, mi hermano, mi hermana, mi abuela y faltaba aún que vinieran mis amigas. Yo iba probando uno a uno, era una delicia comer tanto tipo de chocolates, la lengua la tenía dulce y quería comer uno más, uno más, uno más y otro más.
Luego salgo a una puerta grande, donde pude ver el mar y la playa, ahí estaban todas mis comadres, pero yo debía terminar de hacer los chocolates, antes que me vinieran a buscar, corría peligro que me detuvieran y sabía que vendrian por mí,
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