Entonces vino el desarme, la policía civil, las capacitaciones españolas, nuevas patrullas, nueva cara, la reducción numérica apenas perceptible y la entrega del canal 5, algunas bases militares desaparecieron, sin embargo las estructuras de paramilitares como las patrullas de autodefensa civil, comisionados militares se mantuvieron ejerciendo el mismo control y poder a nivel comunitario, escuadrones de la muerte, estructuras y aparatos clandestinos fueron aumentando en tentáculos y poderío económico, encontrando otros negocios oscuros sobre los que se van alimentando.
Acaso han desaparecido las estructuras de inteligencia? Es más, se crearon leyes que las permiten, han intentado regular nuestro derecho de protesta, de organizarnos de defender nuestros recursos, nuestra tierra y territorio.
Hasta la fecha, a pesar de lo establecido en los acuerdos de paz, el ejército no ha definido la nueva doctrina militar[1], solamente se reconfigura y muta a partir de intereses y prioridades económicos y políticos de nuevo tipo, tanto de la oligarquía y empresariado nacional (como siempre) así como la supuesta lucha contra el terrorismo, delimitados a partir del 11 de septiembre, siendo el Estado de Guatemala aliado de los Estados Unidos.
Sus objetivos: control territorial, control político, social y militar sobre la población, el esquema contrainsurgente de sus políticas se mantiene, como el establecimiento del terror como mecanismo de sujeción, aquí es donde los medios de comunicación masiva juegan un papel mediático importante, pues contribuyen a generar un ambiente sobredimensionado de la realidad y nos quieren hacer sentir la supuesta necesidad de su presencia para establecer orden y resguardo así como recordándonos el poder y su fuerza, tal como lo estamos presenciando en San Juan Sacatepéquez lo cual nos hace recordar los años 80 en pleno conflicto armado interno.
Me parece bien que haya desaparecido al menos por este año el desfile militar el día 30 de junio, pero mientras el ejercito siga con funciones de seguridad interior y no este por ningún lado reformado su papel, como analiza Arnoldo Villagrán seguirá funcionando como “policía política, se habrán creado de nuevo las condiciones para militarizar la sociedad, pues no existe ningún aspecto de tipo legal que lo impida.”
[1] Ver el cuaderno de trabajo de Arnoldo Villagrán “Funciones no tradicionales del ejército de Guatemala”. Red guatemalteca para la seguridad democrática.
No hay comentarios:
Publicar un comentario