Primero de enero

yo amanecí hoy completamente satisfecha, descansada, relajada, tranquila, hasta dónde el descanso, es un esfuerzo por dejar de lado las responsabilidades, las angustias que subyacen a mis patologías que de manera evidente estuvieron llenando mi vida de medicamentos y visitas a clínicas médicas todo el pinche 2009 y por lo tanto, obviar el tremendo peso que arrastro, el peso de mis lastres y trabes aún no superados y algunas veces consecuencia de los abusos, que en particular este año fueron laborales.

Como sea, estos días han sido de descanso, de hechar la hueva y disfrutar de más tiempo para estar con la gente que quiero, propósitos de nuevo año no tengo, todos los días son para mí de eternas contradicciones, de pequeñas alegrías, luchas y sacrificios, el balance de lo hecho hasta hoy, me deja con la satisfacción de haberme bebido y disfrutado los años de juventud sin ningún reparo, años de mucho trabajo, estudio y utopías, pero sobre todo de mucho amor y amistad.

El 2010 es sólo el continuum de mi vida, secuencia de mis experiencias vividas de acuerdo a la visión que tengo de la vida y los esfuerzos por vivir con coherencia en todo lo que creo y en correspondencia con mis expectativas y utopías, es decir seguiré siendo yo, y la forma en que me relaciono con las personas, la manera intensa con que amo, las cosas que me hacen feliz y las que me entristecen. Claro hay cosas pendientes, lecciones, que aún no sé si están totalmente aprendidas, pero las hay, hay cosas que quisiera hacer ahora, que había dejado de lado o que no hacía en mucho tiempo, algunas otras que nunca he hecho. Hay espacios y actividades en las que invertí tantas energías que puedo decir que he dado ya todo lo que pude y que por lo tanto, vale la pena salir y ver en perspectiva a la persona que construí hasta hoy. Los últimos días de diciembre me acompañaron mujeres extraordinarias, que sin duda fortalecieron mis pensamientos liberadores con los que empiezo el 2010.